Estos días he estado releyendo algunos pasajes del libro El valor humano de la educación musical de Edgar Willems (1885-1975), el creador del método de pedagogía musical Willems, en el cual, tal como comento en mi perfil, yo estoy especializada. Dentro de la extensa bibliografía de este filósofo y psicopedagog belga, El valor humano de la educación musical es su obra cumbre; la escribió al final de su vida y representa un valioso compendio de todo el saber acumulado a lo largo de muchos años, sobre música y pedagogía musical; se podría decir que es una especie de "Biblia" del método Willems...del cual os querría hablar en esta ocasión.
Edgar Willems empezó a desarrollar su método (dicen que a él no le gustaba esta palabra para definir el conjunto de ideas, ordenadas y sistematizadas, sobre pedagogía musical que defendió y difundió a lo largo de su vida) durante el período de entreguerras. Cabe decir que a principio del s. XX, en toda Europa se produjo un proceso de renovación pedagógica que dió lugar a la aparición de numerosos métodos de educación novedosos. Numerosos pensadores, filósofos, pedagogos, artistas.... se empezaron a cuestionar la manera de cómo se educaba a los niños en todos los ámbitos (también, por tanto, en el musical). Así fue como surgieron la mayoría de métodos llamados "activos", denominados así porque favorecen la participación del niño en su propio aprendizaje; los alumnos llegarán al conocimiento teórico de cualquier materia a través de la experimentación. Entre dichos métodos, encontramos, a nivel generalista, a Waldorf y Montessori, tan "de moda" hoy en día (indudablemente, por lo interesantes que son). Dentro de este mismo movimiento renovador, pero en el ámbito de la música, las figuras clave fueron E. Willems, J. Dalcroze, C. Orff, M. Martenot, Z. Kodaly y S. Suzuky.
Es curioso ver cómo hoy en día, en España, todos estos métodos son considerados vanguardistas, cuando realmente fueron creados (y empezados a difundir por otros países europeos) hace, aproximadamente, un siglo. Está claro que en nuestro país la renovación pedagógica se inició con la llegada de la democracia...¡y en ello estamos todavía!
Willems, igual que otras grandes figuras de la pedagogía musical de la época como J. Dalcroze y Z. Kodaly, creía que todas las personas, independientemente de sus aptitudes musicales iniciales, pueden (y deberían) adquirir una formación musical. Así pues, la extendida idea de que una persona "vale o no vale" (es decir, que tiene o no talento) para la música queda totalmente desterrada. Según Edgar Willems, todas las personas tienen la capacidad de desarrollar su musicalidad si se las encamina correctamente.
Edgar Willems establecerá lazos profundos entre la música y el ser humano, otorgándole a la pedagogía musical una dimensión humanística. Según él, Ritmo, melodía y armonía, los tres elementos fundamentales que constituyen la música, reúnen, respectivamente, la naturaleza fisiológica, afectiva y mental del ser humano. Además, Willems no considerará la educación musical como un fín en sí mismo, sino como un medio para que las personas se desarrollen en todas sus dimensiones; mediante la música podremos despertar las facultades sensoriales, motrices, afectivas, intuitivas y creativas de la persona (especialmente, en los niños). Por tanto, según la pedagogía Willems, la finalidad última de la educación musical no será aprender a leer una partitura o a tocar un instrumento concreto, sino a desarrollarse armoniosamente como persona, en todas sus vertientes, mediante una educación musical viva y activa.
Así pues, para Edgar Willems, la iniciación musical del niño tiene que ser una revelación: la música es, además de una ciencia y un arte, un lenguaje y, com tal, el aprendizaje de ésta debería seguir el mismo proceso que aprender a hablar; es decir, siguiendo las siguientes etapas: escuchar, repetir, improvisar, hablar utilizando frases y razonamientos cada vez más complejos, leer, escribir. Por tanto, se deberá partir de la impregnación musical hasta llegar a la teoria (y nunca al revés, como se acostumbraba a hacer en el pasado...dando como resultado un aprendizaje de la música -sobretodo, de los conceptos teóricos- árido y poco motivador). De esta manera, el niño, poco a poco, se va "empapando" de la música (cantando, moviendo su propio cuerpo, reconociendo timbres de distintas familias de pequeños instrumentos como las célebres campanas willemsianas, imitando ritmos...etc,etc...); primero, el contacto con la música será "inconsciente", natural y espontáneo....hasta que, poquito a poco, se vaya "etiquetando" de manera teórica todo aquello con lo que el niño se ha impregnado sensorialmente.
Concretamente, el método Willems establece
3 niveles de inicición a la música (que se llevarán a cabo a partir de los cuatro años de edad) que se basan en los siguientes pilares:
- el desarrollo auditivo y vocal
- los golpes rítmicos
- las canciones
- los movimientos corporales naturales
El 3er nivel de iniciación a la música será también de pre-solfeo y pre-instrumental; es decir, de preparación a la práctica instrumental que se iniciará, junto con el solfeo, en un 4º nivel.
Asímismo, es importante destacar que el método Willems hace especial énfasis en el aprendizaje de las canciones, ya que, el hecho de que éstas integren, de manera breve, concisa y atractiva, todos los elementos del lenguaje musical las convierte en un recurso esencial para desarrollar la musicalidad global de los niño. El cancionero willemsiano incluye canciones de diferentes características:
- De ámbito reducido, como las de 2 a 5 notas
- De intervalos o acordes característicos
- Modales
- Preparatorias para la práctica del instrumento
Hoy en día, el método Willems está presente en diversos países europeos como Francia, Suiza, Italia, Portugal, Eslovenia o España, y en el continente americano, tanto en EEUU como en Brasil.
Aunque existen escuelas de música Willems (como
Musicant, en Barcelona), generalmente, el método es utilizado dentro de los centros de educación musical (escuelas de música y conservatorios), de manera exclusiva o esporádica, por profesores de música que, como yo, hemos realizado la formación que establece la
Asociación Internacional de Educación Musical Willems. Ésta última es la encargada de velar por la continuidad de la tarea que Edgar Willems inició y que el maravilloso pianista y pedagogo, sabio entre los más sabios, Jaques Chapuis (un antiguo alumno de Willems en el Conservatorio de Ginebra), continuó hasta su muerte, en 2008.
Espero que este post os haya servido para conocer un poquito el método que a mí me cambió la vida (la musical y la extramusical).
"(...) creemos poder decir que jamás se emplearán palabras demasiado grandes para hablar de éste, nuestro noble arte: la música, y que jamás será exagerado el respeto por la educación musical que lo sirve"
Palabras finales
de El valor humano de la educación musical de E. Willems