Hoy hemos llevado por primera vez a Héctor, nuestro hijo "mayor" (en el sentido de "primogénito" porque todavía tiene, a día de hoy, tres años y cuatro meses) a un concierto de música clásica.
Ya habíamos estado con él en algunos dirigidos a niños/as, y también había entrado un ratito en algún concierto de su padre, pero hoy nuestro hijo ha pasado "la prueba de fuego" acompañándonos a un recital "para adultos".
A pesar de que teníamos ciertas dudas sobre si Héctor podría estar tranquilo durante buena parte del concierto (hace un tiempo leí que un niño puede mantener la concentración escuchando música sólo durante el total de minutos que coincidan con su edad; en su caso, serían poco más de tres), nos ha parecido que era una buena ocasión para probar, ya que en el concierto (que se ha llevado a cabo en el Auditorio Josep Carreras de Vila-seca, Tarragona) tocaba como solista, junto a la Orquesta Camera Musicae, el cellista del Cuarteto Alart, a quien nuestro hijo conoce y aprecia mucho.
Antes de empezar el concierto, le hemos explicado qué íbamos a ver (una orquesta -es decir, un conjunto de distintos instrumentos de cuerda, viento y percusión que tocan juntos -y un solista- un cellista- que toca con ellos), cómo se estructura un concierto (dos partes, con una pausa intermedia) y cómo nos debemos comportar en un concierto de música clásica (debemos hablar muy flojito, tenemos que sentarnos correctamente...etc.).
Si nuestro hijo hubiera sido un poco más mayor (cinco o seis años) también le hubiéramos comentado el programa (las obras) que estaría a punto de escuchar y los compositores de éstas.
Héctor ha aguantado muy bien más de la mitad de la primera parte y, otro tanto, de la segunda. Le hemos pedido que en cuanto estuviera cansado nos lo dijera (para salir de la sala con él) y así lo ha hecho.
La verdad es que tanto él como nosotros hemos podido disfrutar del concierto: él, porque no le hemos obligado a permanecer en el auditorio más allá de lo que ha querido y podido (y durante el tiempo que ha estado allí, ha escuchado atentamente y se ha fijado en muchos detalles que luego nos ha comentado) y nosotros, porque, a pesar de no haber podido ver el concierto "de cabo a rabo", hemos tenido la oportunidad de escuchar buena música, en muy buena compañía.
Sin duda...¡repetiremos!