miércoles, 30 de noviembre de 2011

¡Va de premios!

¡Gracias Mo!,  ¡Gracias Jesús!
Hace ya días que tenía pendiente presentar dos premios que he recibido desde el universo bloguero. El primero es el que véis aquí arriba. Me lo han pasado Mo, de Blogueando de mi peque y otras cosas, y Jesús, de Instantes (¡muchísimas gracias a ambos!...¡vuestros blogs también se merecen todos los premios del mundo...!!!). La "condición" para recibirlo  es decir cual es mi palabra favorita y que lo pase a otros cinco blogs. Allá vamos.

Palabra favorita: me ha parecido muy difícil decidirme por una...pero he escogido, porque me gusta mucho cómo suena, la palabra "agua". Además, fue una de las primeras que mi hijo mayor dijo cuando empezó a hablar.

Blogs a los que paso el premio:

¡Gracias Drew!

El segundo premio me lo ha pasado Drew (¡tú sí que eres versátil!), de su interesantísimo blog De párrafos y armonías (¡muchas gracias a tí también!). Para recibirlo, debo decir siete cosas sobre mí. Serían éstas:

  1. Tengo un hermano (dos años menor que yo). A parte de ser arquitecto, es un gran melómano y un excelente dibujante. De hecho, en cuanto a creatividad, me supera de largo, largo. 
  2. Aunque, como sabéis, soy músico, cuando estaba acabando el instituto barajé la posibilidad de estudiar Psicología o Periodismo. Sigo pensando que deben ser dos carreras apasionantes.
  3. A parte de con mi marido y mis dos hijos, convivo con tres pájaros divertidísimos. Son "ninfas" (o "carolinas"), un tipo de cacatúa pequeñita muy común. Se llaman Bichet, Pincho y Bichetet. Los dos últimos son hijos de el primero y de otra pajarilla (bicheta) que se nos murió el año pasado (criaron en casa). Son pájaros muy "mansos": se dejan hacer caricias, vuelan libres por la casa, comen de nuestra mano, hablan...¡son una maravilla!
  4. Soy asmática (y alérgica al pelo de perros, gatos, conejos...).
  5. Toda mi familia es de Monzón, una ciudad de la provincia de Huesca con un fabuloso castillo medieval digno de visitar.
  6. Hace cuatro años sufrí una parálisis del lado izquierdo de mi cara (Parálisis de Bell). Fue muy chocante, pero me recuperé al cabo de 2-3 meses.
  7. Hace un tiempo pasé tres meses en Londres acompañando a mi marido (entonces, novio), el cual estuvo estudiando allí un máster y un posgrado de violín. ¡Fue inolvidable!.

Quisiera pasar el premio a los siguientes blogs:


Os animo a visitar cada uno de los blogs que he mencionado. Sin duda, son muy, muy, muy recomendables.

martes, 22 de noviembre de 2011

Celebrando Santa Cecilia


Cada 22 de noviembre se conmemora Santa Cecilia , la patrona de los músicos. Para celebrarlo, vamos a hablar de un libro muy recomendable para todos los aficionados a las biografías, en general, y a la música de J. S. Bach, en particular: La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach.

A primera vista, esta novela parece una autobiografía realizada por Ana Magdalena Bach, la segunda esposa del célebre compositor, ya que está escrita en 1ª persona y dá todo tipo de detalles sobre la vida y las obras del músico alemán. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.  El libro fue escrito por la musicóloga inglesa Esther Meynell y  publicado, de manera anónima (y, curiosamente, hoy en día sigue sin figurar el nombre de la verdadera autora en las actuales ediciones de La Pequeña crónica) , en 1925 (es decir, 175 años después de la muerte de J. S. Bach).

Dado que está muy bien documentado y es muy ameno (aunque cabe decir que, en algunos momentos, el discurso es excesivamente edulcorado e idealizado), este libro es muy recomendable tanto para los músicos (profesionales y estudiantes -mis alumnos de 13/14 años lo suelen leer y comentar como parte de la asignatura de lenguaje musical-) como para el público en general que quiera acercarse  a la figura de este gran compositor.

Así que...¡feliz lectura!...¡y feliz día de Santa Cecilia!

martes, 15 de noviembre de 2011

La música como profesión

Como suele suceder a cualquier chica o chico de 18 años que esté en su último curso de  instituto, durante el año que yo estudié COU (¡qué antiguo suena esto!...) la gente me preguntaba a qué me iba a dedicar. Cuando yo respondía que estudiaría la carrera de piano (a la que posteriormente sumé las de lenguaje musical y música de cámara -por la cual, por cierto,  obtuve el Premio extraordinario de mi promoción junto con mis compañeros del Quinteto Ars- ) muchas  personas reaccionaban con perplejidad. Recuerdo comentarios poco afortunados y miradas que reflejaban una mezcla de lástima, extrañeza y compasión en la cara de mis interlocutores (reacciones que, estoy segura,  hubieran sido muy diferentes si yo hubiera expresado el deseo de estudiar alguna carrera con más prestigio social...). Fue entonces cuando me dí cuenta de que, en nuestro país, la música  es considerada, por muchos, un simple "hobby". Pues no....¡en absoluto!...la música no es sólo una bonita afición: la música es (también) una profesión...y para ejercerla, los músicos debemos empezar a estudiar a una edad muy temprana una  carrera excepcionalmente larga y difícil.

En España, la estructura de los estudios musicales (llamados de régimen especial) está dividida en tres tramos: 
  • El Nivel o Grado Elemental (de los 7 a los 11 años, aproximadamente). Éste se cursa en escuelas de música públicas y/o privadas; cualquier niño puede acceder a estos estudios. Comprende diversas asignaturas (en función de los distintos centros y cursos)  como instrumento, lenguaje musical, canto coral, orquesta y/o banda, entre otras.
  • El Grado  Profesional  (de los 12 a los 17, aproximadamente).  Se estudia en Conservatorios Profesionales y,  para poderse matricular, es necesario superar una prueba de acceso específica regulada por las administraciones competentes (prueba de "paso de grado") . Las plazas suelen ser muy limitadas en estos centros y, por tanto, los alumnos que quieren obtener una no sólo tienen que superar la prueba de acceso sino que, además, deben obtener una nota alta  (es una especie de "oposición"). Las especialidades del grado profesional de música  abarcan los instrumentos de la orquesta sinfónica, los instrumentos polifónicos (piano, órgano, acordeón y guitarra), los instrumentos de  música moderna y  jazz (como la guitarra eléctrica y el bajo eléctrico...), de música antigua (clavicémbalo, viola de gamba...), de música tradicional y el canto.  Los seis cursos  de Grado Profesional coinciden con  los cuatro años de la ESO y los dos de Bachillerato. Al finalizar este grado, el alumno obtendrá un título (que no tiene validez a nivel profesional).
  • El Grado Superior (de los 18 a los 21/22 años, aproximadamente).  Cuando un alumno finaliza los seis cursos de Grado Profesional  puede acceder al Grado Superior para realizar una especialidad (como interpretación, pedagogía del instrumento, composición, musicología, sonología...etc) a la que posteriormente se querrá dedicar profesionalmente. Para ello deberá realizar una prueba de acceso a un Conservatorio Superior. Aunque el título  que el alumno consiga al acabar sea equivalente "a todos los efectos" a un título universitario, desgraciadamente, en España los estudios superiores de música se cursan fuera de la Universidad, a diferencia de otros países europeos (como en tantas otras cosas, también en esta cuestión vamos unos pasos por detrás...). Está claro que este hecho no ayuda, en absoluto, a dignificar la carrera de música. En fín...a ver si en un futuro no demasiado lejano se enmienda el error ...
Además de ser extraordinariamente larga, la carrera de música (de cualquier especialidad) es muy exigente. Como ya hemos visto, durante el Nivel Elemental y el Grado Profesional, los estudios musicales se deben cursar simultáneamente con la Primaria, la ESO y el Bachillerato. Si para muchos alumnos ya es complicado abordar sólamente estos estudios de régimen general, cualquiera puede imaginarse que no es fácil combinar las horas de clase (y los deberes) del colegio o el instituto con las de la escuela de música o el conservatorio, junto con sus también respectivos deberes y horas de estudio instrumental. De hecho, tengamos en cuenta que para aprender a tocar cualquier instrumento se debe practicar casi a diario...y aunque para un alumno de 7 años sólamente sean necesarios 15-20 minutos de estudio al día, ese tiempo se incrementará, paulatinamente, conforme pasan los años y los cursos. Así, el adolescente que empieza a vislumbrar que querrá realizar el Grado Superior, deberá practicar, como mínimo, un par o tres de horas diarias entre semana y algo más, los sábados y los domingos. Además, hay que tener en cuenta que estudiar un instrumento es parecido a entrenar un deporte: no se puede dejar de hacer durante varios días seguidos porque se pierde "agilidad", por lo que también se requiere  la práctica diaria durante los periodos vacacionales.

Así...que ya véis: unos quince años de carrera (más algún posgrado o máster), compaginando los primeros diez con los estudios del colegio y el instituto, sin dejar de practicar durante las vacaciones, con dos complicadas pruebas de acceso  a superar....llegar a ser músico no es tan fácil como podría parecer a priori, ¿verdad?.

"¿La carrera de música...tiene salidas profesionales?" me ha preguntado muuuucha gente a lo largo de los años...¡Pues sí!; ¡tiene muchas,  muy variadas y muy  interesantes!:  profesor (de escuelas de música, conservatorios, institutos de secundaria, universidades...) , intérprete-concertista (solista, de cámara, miembro de orquesta sinfónica o de cámara...), musicólogo, compositor, director de coro  u orquesta, crítico musical, musicoterapeuta...etc, etc, etc...Además,  hoy por hoy (y "con la que está cayendo"...), el mercado laboral en este sector no está masificado en absoluto; és más, me atrevería a decir que algunos puestos de trabajo relacionados con ciertas especialidades  son difíciles de cubrir por escasez de personal disponible.

 En cualquier caso, lo importante para mí es sentir que hice una muy buena elección profesional. Nada más acabar la carrera encontré trabajo...y nunca me ha faltado. Mi profesión es vocacional; me gusta y me motiva.   Mi trabajo  es de calidad y  me permite tener tiempo para estar con mi familia... ¿qué más se puede pedir? 

Así que si alguien (¡quizá alguno de vuestros hijos...!) algún día os anuncia que se quiere dedicar profesionalmente a la música...¡animadle!. Decidle que va a tener que trabajar  mucho... pero que el esfuerzo merecerá la pena.

sábado, 5 de noviembre de 2011

El método Willems y El valor humano de la educación musical


            Estos días he estado releyendo algunos pasajes del libro El valor humano de la educación musical de Edgar Willems (1885-1975),  el creador del método de pedagogía musical Willems, en el cual, tal como comento en mi perfil, yo estoy especializada. Dentro de la extensa bibliografía de este filósofo y psicopedagog belga, El valor humano de la educación musical es su obra cumbre; la escribió al final de su vida y representa un valioso compendio de todo el saber acumulado a lo largo de muchos años, sobre música y pedagogía musical; se podría decir que es una especie de "Biblia" del método Willems...del cual os querría hablar en esta ocasión.

Edgar Willems empezó a desarrollar su método (dicen que a él no le gustaba esta palabra para definir el conjunto de ideas, ordenadas y sistematizadas, sobre pedagogía musical que defendió y difundió a lo largo de su vida) durante el período de entreguerras. Cabe decir que a principio del s. XX, en toda Europa se produjo un proceso de renovación pedagógica que dió lugar a la aparición de numerosos métodos de educación novedosos. Numerosos pensadores, filósofos, pedagogos, artistas.... se empezaron a cuestionar la manera de cómo se educaba a los niños en todos los ámbitos (también, por tanto, en el musical). Así fue como surgieron la mayoría de métodos llamados "activos", denominados así porque favorecen la participación del niño en su propio aprendizaje; los alumnos llegarán al conocimiento teórico de cualquier materia a través de la experimentación. Entre dichos métodos, encontramos, a nivel generalista,  a Waldorf y Montessori, tan "de moda" hoy en día (indudablemente, por lo interesantes que son). Dentro de este mismo movimiento renovador, pero en el ámbito de la música, las figuras clave fueron E. Willems, J. Dalcroze, C. Orff, M. Martenot, Z. Kodaly y S. Suzuky.
Es curioso ver cómo hoy en día, en España, todos estos métodos son considerados vanguardistas, cuando realmente fueron creados (y empezados a difundir por otros países europeos) hace, aproximadamente, un siglo. Está claro que en nuestro país la renovación pedagógica se inició con la llegada de la democracia...¡y en ello estamos todavía!

Willems, igual que otras grandes figuras de la pedagogía musical de la época como J. Dalcroze y Z. Kodaly, creía que todas las personas, independientemente de sus aptitudes musicales iniciales, pueden (y deberían) adquirir una formación musical. Así pues, la extendida idea de que una persona "vale o no vale" (es decir, que tiene o no talento) para la música queda totalmente desterrada. Según Edgar Willems, todas las personas tienen la capacidad de desarrollar su musicalidad si se las encamina correctamente.

Edgar Willems establecerá lazos profundos entre la música y el ser humano, otorgándole a la pedagogía musical una dimensión humanística. Según él,  Ritmo, melodía y armonía, los tres elementos fundamentales que constituyen la música, reúnen, respectivamente,  la naturaleza fisiológica, afectiva y mental del ser humano. Además, Willems no considerará la educación musical como un fín en sí mismo,  sino como un medio para que las personas se desarrollen en todas sus dimensiones; mediante la música podremos despertar las facultades sensoriales, motrices, afectivas, intuitivas y creativas de la persona (especialmente, en los niños).  Por tanto, según la pedagogía Willems, la finalidad última de  la educación musical no será aprender a leer una partitura o a tocar un instrumento concreto, sino a desarrollarse armoniosamente como persona, en todas sus vertientes, mediante una educación musical viva y activa.

Así pues, para Edgar Willems, la iniciación musical del niño tiene que ser una revelación: la música es, además de una ciencia y un arte, un lenguaje y, com tal, el aprendizaje de ésta debería seguir el mismo proceso que aprender a hablar; es decir, siguiendo las siguientes etapas: escuchar, repetir, improvisar, hablar utilizando frases y razonamientos cada vez más complejos, leer, escribir. Por tanto, se deberá partir de la impregnación musical hasta llegar a la teoria (y nunca al revés, como se acostumbraba a hacer en el pasado...dando como resultado un aprendizaje de la música -sobretodo, de los conceptos teóricos- árido y poco motivador). De esta manera, el niño, poco a poco, se va "empapando" de la música (cantando, moviendo su propio cuerpo, reconociendo timbres de distintas familias de pequeños instrumentos como las célebres campanas willemsianas, imitando ritmos...etc,etc...); primero, el contacto con la música será "inconsciente", natural y espontáneo....hasta que, poquito a poco, se vaya "etiquetando" de manera teórica todo aquello con lo que el niño se ha impregnado sensorialmente.
Concretamente, el método Willems establece 3 niveles de inicición a la música (que se llevarán a cabo a partir de los cuatro años de edad) que se basan en los siguientes pilares:
  • el desarrollo auditivo y vocal
  • los golpes rítmicos
  • las canciones
  • los movimientos corporales naturales
 El 3er nivel de iniciación a la música será también de pre-solfeo y pre-instrumental; es decir, de preparación a la práctica instrumental que se iniciará, junto con el solfeo, en un 4º nivel.  

 Asímismo, es importante destacar que el método Willems hace especial énfasis en el aprendizaje de  las canciones, ya que, el hecho de que éstas integren, de manera breve, concisa y atractiva,  todos los elementos del lenguaje musical las convierte en un recurso esencial para desarrollar la musicalidad global de los niño. El cancionero willemsiano incluye  canciones de diferentes características:
  • De ámbito reducido, como las de 2 a 5 notas
  • De intervalos o acordes característicos
  • Modales
  • Preparatorias para la práctica del instrumento
Hoy en día, el método Willems está presente en diversos países europeos como Francia, Suiza, Italia, Portugal, Eslovenia o España, y en el continente americano, tanto en EEUU como en Brasil.
Aunque existen escuelas de música Willems (como Musicant, en Barcelona), generalmente, el método es utilizado dentro de los centros de educación musical (escuelas de música y conservatorios), de manera exclusiva o esporádica, por profesores de música que, como yo, hemos realizado la formación que establece la Asociación Internacional de Educación Musical Willems. Ésta última es la encargada de velar por la continuidad de la tarea que Edgar Willems inició y que el maravilloso pianista y pedagogo, sabio entre los más sabios, Jaques Chapuis (un antiguo alumno de Willems en el Conservatorio de Ginebra), continuó hasta su muerte, en 2008.

Espero que este post os haya servido para conocer un poquito el método que a mí me cambió  la vida (la musical y la extramusical).
 

"(...) creemos poder decir que jamás se emplearán palabras demasiado grandes para hablar de éste, nuestro noble arte: la música, y que jamás será exagerado el respeto por la educación musical que lo sirve"
Palabras finales de El valor humano de la educación musical de  E. Willems

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