Ayer por la tarde asistimos a un Taller musical con nuestros alumnos de primer curso de lenguaje musical del Conservatorio. Éste se titulaba Una festa a la cuina ("una fiesta en la cocina") y se realizó en el CaixaForum de Tarragona.
El taller (que era conducido, curiosamente, por un antiguo alumno de nuestro centro) tenía como finalidad mostrar a los niños las innumerables variedades de sonidos y ritmos que se pueden realizar con los infinitos utensilios de cocina que todos tenemos en casa: el "gong" de una cuchara golpeando contra una paellera, el "tic tac" de un reloj, con dos pares de cucharones de madera chocando entre ellos alternativamente, el "caminar" de unas hormigas, dando golpecitos a mucha velocidad con un par de palitos chinos...¡hasta vimos cómo se podía "construir" una batería con varios cubos de basura, alguna lata y varias tapas de sartenes!; ¡qué bien sonaba!
En este taller los alumnos no eran simples espectadores, sino que interactuaban continuamente con el músico que lo realizaba. Esto me pareció una muy buena idea, ya que a los niños les encanta manipular y experimentar con cualquier objeto o material que les propongas.
Tanto los talleres musicales como los conciertos pedagógicos son una fantástica oportunidad para pasar un rato estupendo tanto con nuestros alumnos como con nuestros hijos (de hecho, en esta ocasión, por razones de logísitica familiar, también me acompañaron mis dos peques; el mayor, que acaba de cumplir 3 años, se divirtió muchísimo). Les brinda la oportunidad de aprender y pasarlo bien a partes iguales...¡y para nosotros es un placer acompañarlos!.