sábado, 10 de septiembre de 2011

Una mala noticia para los músicos

El pasado martes día 6, el Diari de Tarragona se hizo eco de esta noticia:

Multado un niño con 800 euros por tocar el trombón a media tarde 
Un niño de siete años que una tarde de julio tocaba el trombón en su casa fue multado con 800 euros tras las quejas de los vecinos. El joven es alumno de la Escola de Música de Tarragona. La Guàrdia Urbana ha intentado mediar entre las partes desde hace un año, sin éxito

La verdad es que me quedé atónita cuando la leí. No me lo podía creer.
Yo soy pianista, pareja de violinista, y amiga, compañera de trabajo y profesora de un montón de músicos  (pianistas, violinistas, guitarristas, contrabajistas, flautistas, cellistas, percusionistas, cantantes, trombonistas,...etc, etc, etc, etc....).
Me consta que a todos mis amig@s, compañer@s de trabajo y padres/madres de mis alumn@s nos encantaría vivir en casas grandres, sin vecinos colindantes, en las que tuviéramos nuestro propio "estudio" donde poder tocar (y situar)  nuestro instrumento (en mi caso, un piano de cola), además de nuestras partituras, libros musicales, CD´s...etc. Idealmente, este espacio estaría insonorizado para que ni nuestra familia, ni nuestros vecinos nos oyeran desafinar...pero la realidad es que la mayoría de nosotros  vivimos en pisos relativamente pequeños, con vecinos a norte, sur, este y oeste, y con un salón reconvertido en "sala de estar-comedor-estudio de música" invadido, incluso a veces, por un piano y saturado de partituras, libros musicales y CD´s que conviven con el sofá, la tele, la mes, las sillas.... Así que, en estas condiciones, el tema de la insonorización queda reducido al efecto que puedan tener la colocación de unas cortinas, una alfombra, o algo de parquet...y poco más. Y claro, cuando estudiamos (es decir, cuando practicamos nuestro instrumento para dar "a posteriori" un concierto), todo "quisqui" nos oye (desde mi casa escuchamos cómo toca la trompeta un amigo nuestro que vive en el edificio de al lado...). Y es cierto que esto puede ser un problema a nivel vecinal....y digo que "puede ser" porque, en mi opinión, "hablando se entiende la gente"... y antes de que "llegue la sangre al río" la comunicación (y la comprensión y la empatía) entre las dos partes se debe imponer.
No debe ser fácil tener vecinos músicos; yo misma, durante algunas temporadas,  he llegado a estudiar varias horas al día (cada día...) y entiendo perfectamente que eso pueda ser pesado para las personas que viven "pared con pared" conmigo. De hecho, cuando compramos nuestro piso "sobre plano", mi marido y yo nos preguntábamos con un cierto temor si nuestros vecinos aceptarían el hecho de vivir (mejor dicho, "convivir") con un violinista y una pianista. Afortunadamente, ellos siempre se han mostrado muy comprensivos y no hemos tenido ningún conflicto; eso sí, en cierta ocasión, una pareja vecina nos sugirió poner como "tope horario" a nuestro estudio las nueve de la noche, ya que ésta era la hora a la que su hijo se iba a dormir. Nosotros entendimos perfectamente el planteamiento y, a partir de entonces, siempre hemos respetado esta petición.
Así que, yo me pregunto...¿qué ha pasado, realmente, entre la familia del niño y sus vecinos? ¿Por qué no han sabido llegar a un acuerdo razonable entre ellos, prescindiendo de la justicia? Un niño de 7 años, aunque sea muy aplicado, toca muy poquito rato al día...y si además lo hace por la tarde, diría que está en su perfecto derecho...
En fín, por el bien del niño, su familia, sus vecinos...espero que pronto puedan llegar a una entente. La convivencia es lo primero.
Y vosotros...músicos, vecinos de músicos y público en general.... ¿qué opináis?

2 comentarios:

  1. Yo tampoco me lo puedo creer. Parece surrealista.
    Visto así, podríamos multar primero a los lanzadores de los miles de petardos; a los cazadores del bosque del domingo por la mañana; a la gente que grita por la calle a cualquier hora; a las numerosas bocinas que funcionan intempestivamente; los bares y restaurantes que no respetan nunca el descanso de los vecinos. Pero han tenido que multar a un niño que aprendía algo interesante y creativo. Muy significativo

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  2. Pues sí...es curioso. Hoy, mientras comíamos en nuestra terraza (14:30), casi no podíamos hablar debido al estruendoso ruido que hacía un jardinero arreglando el césped comunitario del edificio de al lado con su máquina cortacésped...y nadie se queja.

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